Los buenos hábitos de alimentación se
inculcan en el hogar y es responsabilidad de nosotros, los padres el hacerlo,
ya que en nuestras manos está la salud futura de nuestros hijos. Lo primero que
debemos hacer es dar un buen ejemplo, pues los hijos son duplicadores. Repiten
durante su vida lo que han aprendido en sus familias. Así que concienciarnos y
aprender junto con ellos a adoptar nuevas y mejores formas de alimentación es
imprescindible y puede llegar a ser divertido.
La cultura sobre los alimentos es básica.
Transmitamos la importancia de la comida en la salud desde temprano (aunque
nunca es tarde...) y el momento de la comida debe vivirse en un entorno
relajado, de diálogo, de sonrisas y nunca debe ser el momento de
"arreglar" problemas o discutir entre los comensales.
La familia y la escuela, núcleos clave para
la formación integral de los niños, deben comprender que, a pesar de las
dificultades, son más los puntos que les unen que aquellos en desunión.
¿Cómo puedes colaborar?
- Confía al máximo con el profesorado de tus hijos.
- Colabora y participa de manera activa con la AMPA del centro.
- Participa activamente en el Consejo Escolar del centro.
- Colabora como "voluntario" de la clase con el profesor de tu hijo.
- Participa en las entrevistas individuales y reuniones grupales que convoca el profesor.
- Lee con tus hijos.
- Supervisa las actividades diarias y el trabajo de tus hijos.
- Participa activamente en las actividades que programa el centro: escuela de padres y madres, talleres, exposiciones, etc.
¡¡COME ALIMENTOS
VARIADOS Y DISFRUTA!!
LOS
ALIMENTOS EN LA NIÑEZ.
La buena alimentación es un aspecto fundamental a la hora del
desarrollo de cualquier niño, gracias a ésta pueden evolucionar tanto física
como mentalmente. Por ello a lo largo de esta actividad vamos a conocer los
diferentes alimentos que necesitamos para tener una vida saludable, así como
los nutrientes que cada uno de ellos incorpora a nuestro organismo.
Vamos a describir
algunas de las comidas que son beneficiosas para los más pequeños de la
casa, y que los papás y las mamás deben tener en cuenta y les puede ser de gran
ayuda.
A continuación proponemos una serie de actividades que los
padres y los niños puedes realizar a la vez y así aprender mutuamente.
Pero antes responderemos a una serie de cuestiones y, al
final de las actividades, revisaremos estas respuestas para observar lo que
hemos aprendido.
·
¿Mantienes una alimentación saludable?
·
¿Comes solo lo que te gusta?
·
¿Sabes cuáles son los alimentos que tu cuerpo
necesita para tener una vida sana?
Ahora os proponemos una serie de actividades para que
aprendáis más sobre estos alimentos:
PRIMERA
ACTIVIDAD: ALIMENTOS Y NUTRIENTES.
¿Para qué comemos?
¿Sabes qué son los alimentos y los nutrientes?
¿Qué son las vitaminas y para qué sirven?
¿Qué alimentos las contienen?
Las vitaminas son compuestos
orgánicos que se encuentran en los alimentos que ingerimos habitualmente. Son
necesarias para que las células que componen el organismo puedan funcionar de
manera correcta.
Existen vitaminas de diversas
clases y pueden encontrarse en alimentos diferentes: la vitamina A se encuentra
en la leche y sus derivados y en las frutas y verduras; la vitamina D se
encuentra en la leche enriquecida con esta vitamina, y también puede fabricarse
por exposición al sol; las vitaminas del grupo B están presentes en el pan,
cereales, arroz y maíz enriquecidos; la vitamina C puede encontrarse en la
fruta y en los tomates.
Si tomas una alimentación
variada, rica en los alimentos mencionados antes, no necesitas ningún
suplemento vitamínico. Sólo en el caso de que te alimentaras de forma
deficiente o muy selectiva podrías necesitarlo.
SEGUNDA ACTIVIDAD HIGIENE ALIMENTARIA.
Pepito viene de jugar del parque, y es hora de comer, ¿Qué
debe hacer antes de sentarse en la mesa? De postre va a tomar fruta ¿qué debe
hacer antes de comérsela? Una vez terminado de comer ¿qué debe hacer?
TERCERA ACTIVIDAD: LA DIETA.
·
¿Qué
es la dieta?
·
¿Cuál
es la comida más importante del día y por qué?
·
¿Cuáles
son los alimentos que debemos tomar diariamente?
Una dieta es la alimentación diaria de las personas y es una
de las funciones básicas de la vida. La dieta está formada por los alimentos,
combustibles del organismo, que nos proporcionan la energía necesaria para
poder realizar todas nuestras actividades.
"El objetivo de la dieta es aprender una nueva forma de
alimentarse en forma completa y con todos los nutrientes necesarios, no solo
para reducir de peso sino para tener una vida sana y mantener un peso
adecuado."
Hay tantos tipos de dietas como diversidad de hábitos alimentarios existentes.
El hablar de una dieta, implica hablar de algún tipo específico de forma de
alimentación o nutrición del cuerpo. Cuando una persona desea o necesita bajar
de peso se le planea una dieta de reducción o hipocalórica. Lo mismo cuando
sufre una enfermedad de alguna clase y requiere especial cuidado en algún aspecto
de su alimentación. Esto se suma a que a todas las personas tienen gustos
personales y eligen comer o no tal o cual cosa por causas que van desde lo
físico, pasan por lo cultural, lo psicológico y llegan hasta lo religioso. El
conjunto de todas estas razones es la justificación de la existencia de las
dietas como tal, y por tanto de la especialidad profesional que el cuidado de
todos esos detalles implica.
Para poder encarar cualquier tipo de dieta en forma
eficiente, lo importante es respetar las necesidades del organismo y seguir varios consejos alimenticios.
Cocinar
en Familia
Aprende a cocinar en familia con recetas de
la Dieta Mediterránea:
El
objetivo de la campaña es impulsar un cambio en los hábitos alimenticios de los
niños hacia un camino más saludable basado en una alimentación equilibrada y en
la recuperación de la actividad física.
Este
Ministerio en colaboración con la
Fundación para el Desarrollo de la Dieta Mediterránea
participa en iniciativas que tiene como objetivo promocionar los
beneficios de la dieta mediterránea y de sus productos entre los consumidores
en general y el público infantil en particular.
Entre
otras actuaciones, la colaboración incluye las un Taller Infantil de Cocina, que
se desarrolla en los centros escolares. En la campaña se entrega a los niños
material didáctico, entre el que destaca el libro 'Aprende a cocinar en
familia: 50 recetas de la dieta mediterránea' que ha recibido el premio
Gourmand al mejor libro de cocina para niños y familias publicado en el mundo
en 2006.
Este
libro permite a los niños y padres disfrutar de la cocina, pues ofrece recetas
de divertidos diseños y elaboradas con gran variedad de alimentos.
Lo que se aprende en familia es para siempre
Modificación de Hábitos de alimentación en la familia
Lo que se aprende en familia es para siempre
Los buenos
hábitos de alimentación se
inculcan en el hogar y es responsabilidad de nosotros, los padres el hacerlo,
ya que en nuestras manos está la salud futura de nuestros hijos.
Lo primero que debemos hacer es dar un buen ejemplo, pues los hijos son duplicadores. Repiten durante su vida lo que han aprendido en sus familias. Así que concienciarnos y aprender junto con ellos a adoptar nuevas y mejores formas de alimentación es imprescindible y puede llegar a ser divertido.
Lo primero que debemos hacer es dar un buen ejemplo, pues los hijos son duplicadores. Repiten durante su vida lo que han aprendido en sus familias. Así que concienciarnos y aprender junto con ellos a adoptar nuevas y mejores formas de alimentación es imprescindible y puede llegar a ser divertido.
La
cultura sobre los alimentos es básica. Transmitamos la importancia
de la comida en la salud desde temprano (aunque nunca es
tarde...) y el momento de la comida debe vivirse en un entorno relajado, de diálogo, de
sonrisas y nunca debe ser el momento de “arreglar” problemas, o discutir entre
los comensales. Tampoco debe estar como protagonista la televisión. Un
excelente ejemplo es apretar el botón de encendido (que también es de apagado)
durante el tiempo que dura la comida. Cuando la televisión está encendida (sea
lo que sea lo que están poniendo a esa hora), de manera automática el grupo
mira hacia esa parte y se convierte en el centro de atracción y la comida
sucede en silencio. Mientras que cuando está apagada, siempre surge la
conversación y los miembros de la familia se miran a los ojos.
Transmitir el respeto hacia los alimentos y el momento de la
comida, es fundamental.
También
es muy importante que los jovencitos aprendan a comprar y a elaborar alimentos
en el seno de la familia a fin de que sean autónomos en cuanto a la nutrición cuando lleguen a adultos.
Termina esta década y
continúan aumentando los casos de enfermedades crónico-degenerativas, a pesar
de las iniciativas y recursos empleados para combatirlas. La Diabetes Mellitus
es hoy la primera causa de muerte en la población mayor de 40 años en México;
además, se suman a esta problemática los trastornos cardio-vasculares, el cáncer
y el sobrepeso infantil. Aunque estas enfermedades obedecen a varios factores,
tienen uno en común: la forma de alimentarse.
Sabemos que es
necesario emprender cambios en este sentido, pero, en la práctica el asunto
puede resultar complicado. Nuestros hábitos de alimentación familiar son
producto, en parte, de los patrones de consumo aprendidos en la niñez. Es
frecuente escuchar, que el niño rechaza las papillas de verdura cuando los
padres no acostumbran consumirlas.
Además de ello, es una
realidad que los cambios en nuestro estilo de vida dificultan hábitos alimentarios
saludables, como son la falta de tiempo para la selección y preparación de los
alimentos, así como la gran disponibilidad de alimentos altos en calorías a
bajo costo.
La
forma en la que nos conectamos con el alimento durante nuestra infancia influye
en nuestros hijos.
Puede ser que los momentos
agradables de nuestra niñez tuvieran más que ver con la alimentación que con
otras actividades, de manera que, haremos lo posible por agradar y demostrarles
nuestro cariño a todos en la familia con los alimentos que preparamos, y más
aún, si no podemos pasar tiempo suficiente con ellos.
Por el contrario, otros hemos
crecido en un ambiente en el cual pasamos restricciones en la alimentación, por
lo que evitamos que nuestros hijos vivan una circunstancia similar, poniendo a
su alcance todo lo que pueda antojárseles.
O bien, si nuestros padres
fueron estrictos consigo mismos en relación a su imagen, es probable que hayan
tenido esta expectativa también hacia nosotros y ésta sea la razón por la que
estamos muy pendientes del peso y la dieta de nuestros hijos, repitiendo el
modelo.
Pasos
para la modificación de hábitos.
Para que los objetivos puedan
convertirse en hábitos, resulta imprescindible que la razón de estos cambios
sea entendida por todos en la familia.
En primer lugar, es conveniente realizar un análisis sobre los hábitos de alimentación de la familia para identificar dónde se pueden hacer cambios:
En primer lugar, es conveniente realizar un análisis sobre los hábitos de alimentación de la familia para identificar dónde se pueden hacer cambios:
• ¿Planea las comidas y snacks de
su familia?
• ¿Desayunan?
• ¿Tienen un lugar y horario para comer?
• ¿Comen en familia mínimo una vez al día?
• ¿Incluyen verduras y frutas en su dieta?
• ¿Los alimentos son generalmente preparados en casa?
• ¿Las porciones de alimentos que se consumen son adecuadas según la edad de cada miembro de la familia?
• ¿Evita utilizar los alimentos como premio o castigo?
• ¿Desayunan?
• ¿Tienen un lugar y horario para comer?
• ¿Comen en familia mínimo una vez al día?
• ¿Incluyen verduras y frutas en su dieta?
• ¿Los alimentos son generalmente preparados en casa?
• ¿Las porciones de alimentos que se consumen son adecuadas según la edad de cada miembro de la familia?
• ¿Evita utilizar los alimentos como premio o castigo?
Escoja uno de los hábitos
anteriores en los que obtuvo respuesta negativa, para que sea su objetivo de la
semana. Escríbalo para poder revisar en qué medida se ha cumplido. Tenga en
cuenta que sus propósitos deben ajustarse lo más posible a su vida cotidiana.
Los cambios se van a llevar a
cabo de manera gradual con metas realistas. Si su familia no acostumbra
desayunar, puede iniciar ofreciendo una pequeña porción de fruta y,
posteriormente, agregar más alimentos al desayuno conforme los vayan tolerando.
Cambiar es menos complicado
de lo que parece cuando estamos convencidos de que es lo que necesitamos. No se
trata de comer a la perfección, ni de restringirse siempre o abandonar la
práctica mañana sólo porque hoy nos sentimos incapaces de lograrlo.
Para
facilitar la tarea, propongo un ejemplo de la forma en la que podemos emprender
un nuevo hábito. Por ejemplo, iniciar o aumentar el consumo de verduras:
a) Ofrézcalas en
preparaciones diferentes, sin presionar para que las consuman. Ayuda mucho si
se involucra a los niños desde la selección de las verduras en el súper y, así
mismo, que participen en la preparación de las mismas. Es muy probable que
ellos quieran probar y compartir sus platillos.
b) Sea constante y recuerde
que, para que un alimento considerado desagradable pueda ser aceptado, debe
ofrecerse hasta 15 veces.
c) No negocie el postre por
las verduras, porque solamente reforzará el rechazo a las mismas.
La alimentación debe ser
variada y moderada, de modo que el niño aprenda a autorregularse y pueda, desde
pequeño, tomar decisiones asertivas con respecto a lo que realmente necesita
comer. Ayúdeles a identificar cómo se sienten y no a controlar lo que sienten
con los alimentos.
Lograr mejores hábitos
alimentarios implica tiempo y paciencia, pero el esfuerzo será de gran
beneficio para toda la familia.
Dormir bien y comer en familia, claves para prevenir la obesidad
infantil
Según
los datos recopilados por la
Fundación THAO en junio de 2012, en nuestro país un 30%
de los niños y niñas tienen exceso de peso, de los cuales el 21,7% sufren
sobrepeso y un 8,3% obesidad.
Dicho informe se realizó a lo largo del curso académico
2010-2012 y contó con la participación de 38.008 niños y niñas de 3 a 12 años de 25 municipios de
8 Comunidades Autónomas.
Las consecuencias psicológicas y sociales son la pérdida de productividad laboral y, sobre todo, la pérdida de calidad de vida y bienestar de quienes sufren sobrepeso y obesidad. En el grupo comprendido entre los 8 y los 13 años, el exceso de peso supera el 45%, mientras que para el grupo de14 a 17 años, el exceso de
peso es del 25,5%. La conclusión es que la prevalencia de sobrepeso y obesidad
infantil y juvenil en España sigue siendo muy alta (cercana al 40%), pero no ha
crecido en los últimos 12 años.
Las consecuencias psicológicas y sociales son la pérdida de productividad laboral y, sobre todo, la pérdida de calidad de vida y bienestar de quienes sufren sobrepeso y obesidad. En el grupo comprendido entre los 8 y los 13 años, el exceso de peso supera el 45%, mientras que para el grupo de
Recomendaciones
“No debemos contentarnos
con que el niño coma, si no que el contenido de su alimentación debe ser lo más
variado posible e incluir un mínimo de frutas y verduras, sin olvidar los
productos lácteos, los hidratos de carbono y cierta dosis de proteínas de
origen animal, preferiblemente pescado, y mantener al agua como principal
fuente de hidratación.
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